- ¡Vamos hombre! ¿No pensarás que me crea una tontería así? Es la bobada más grande que he oído nunca...... ¡UN COLIBRÍ MÁGICO!
Y agarrando a Okama por los hombros, empezó a zarandearlo - ¿Quieres contarme de una vez la verdad?
Okama le contó toda la historia desde el principio y entonces Akila se volvió hacia la pajarera y llamó al colibrí.
- A ver señor Colibrí Mágico, si yo le pido un deseo ¿usted puede concedérmelo?
- Pues claro que sí, para eso soy mágico- dijo el colibrí con un suave canto.
- Pues - ¡Ale! - Ya me está usted concediendo un vestido nuevo y un montón de collares y anillos, y rapidito.
- Si eso es lo que más deseas así será pero antes escucha las normas.- Por cada deseo que me pidas tendrás que arrancarme una pluma pero deberás hacerlo con cuidado porque entre todas mis bellas plumas de colores hay una que si la arrancas todo lo has pedido se volverá al reves´. Así que te aconsejo que no pidas demasiadas cosas para no tentar a la suerte.
- Bueno, bueno...Paparruchas, yo haré lo que quiera. -¡Venga, date prisa y déjame que te arranque dos plumas, una por el vestido y otra por las joyas.
El pájaro se acercó, tendió sus alas y Akila, sin pensar en el dolor del colibrí le arrancó dos plumas preciosas, una verde y otra azul añil, y al momento se vio vestida con un lujoso vestido de raso y terciopelo con puntillas en el cuello y los puños. Alrededor de su cuello collares de perlas y rubíes y en cada dedo lucía un enorme anillo.
Okama al verla pensó que su mujer parecía un árbol de Navidad lleno de bombillas en vez de su preciosa Akila. No obstante se atrevió a decir.....
- Akila, Akilita linda, ya tienes lo que deseabas ¿nos podemos ir a casa?
- ¡Tú no estás bien de la cabeza! ¿Ahora que tengo suerte la voy a desaprobechar?..... Colibrí...colibrí....quiero una carroza y dos caballos blancos y un cochero y un palacio y.......
Akila no paraba de pedir y por cada petición - zas - le arrancaba una pluma a la pequeña ave.....tres...siete....diez.... quince deseos, cuando de pronto al arrancar una de las plumas se oyó un gran estruendo, todo lo que había pedido había explotado y de pronto se encontró junto a la pajarera con sus ropas viejas y rotas y el pequeño colibrí ya no estaba.
Akila empezó a llorar, se echó en los brazos de su marido y llorando tiernamente empezó a darse cuenta de que había sido una mujer muy avariciosa y muy egoísta, que sólo pensaba en tener cosas y más cosaas.... Ahora se arrepentía de todo y lo que más le dolía era que al arrancarle la última pluma al colibrí, éste hubiera explotado junto con su vestido...su palacio....
Okama no decía nada, solamente la abrazaba y deseaba que de verdad su mujer se hubiese arrepentido de ser tan egoísta y pensaba que a partir de ahora, aunque seguirían siendo pobres, por lo menos se amarían y podrían ser felices.
Así, abrazados estaban los dos cuando oyeron a sus espaldas una voz que decía....
- Akila, me alegro de que hayas escarmentado y creo que a partir de ahora serás una buena mujer amable, cariñosa y trabajadora. Creo que te has dado cuenta que las cosas que se consiguen sin esfuerzo desaparecen enseguida. Así que a partir de este momento premiaré tu esfuerzo y cada vez que limpies un pez, dentro de sus tripas encontrarás una perla pequeñísima. Si limpias muchos peces y las vas juntando todas, pronto tendrás un saquito de perlas que podrás vender a buen precio y con lo que saques podrás arreglar tu cabaña, comprar ropa nueva, tener un carro e incluso podrás invitar a tus vecinos a un buen banquete y a ti y a tu marido nunca os faltará de nada porque él es un buen pescador y tú serás una buena mujer.
Al oir estas palabras, se volieron y vieron junto a la pajarera a un mago vestido con un majestuóso manto de los mismos colores que el plumaje del colibrí.
Y colorín ...colorete...por la chimenea sale un cohete.
Carmen Nieto
My Holidays in morroco R.S
Hace 2 años
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